En esta ocasión, nos salimos de lo estándar para hablar de un género que es insignia en Europa, que gana terreno en Norteamérica y que tiene sus adeptos en Latinoamérica. Hablamos del drum and bass, un género caracterizado por su energía, el uso de baterías y la toma de influencias de numerosos estilos tanto electrónicos como no electrónicos.
Desde Wololo Sound analizaremos su situación en el continente americano, el contraste que sufre con el dubstep, el deseo de artistas y promotores por que el drum and bass se establezca y haremos un repaso al pasado para ver que, en su momento, fue la base de artistas tremendamente consolidados hoy en día.
Ya hay drum and bass en América
Artistas que, o bien trabajan el drum and bass y son americanos como Flite, Ownglow, Reaper o Gridlok, o artistas que basan sus producciones y actuaciones en el dubstep pero quieren apostar fuerte por el drum and bass. Sin embargo, el dubstep y, concretamente, el riddim, tienen un absoluto monopolio del público. Es el sonido de moda y, literalmente, es de oído fácil. Sonidos repetitivos, fácil de bailar (headbanging), un tempo y percusión moderados… Sin embargo, el drum and bass va algo más allá.
Para muchos oyentes de dubstep, al principio se hace algo difícil acostumbrarse al drum and bass: mucha mayor variedad de sonidos, percusión más frenética… Quizás este ejemplo nos suene con el Big Room y el público mainstream con respecto a otros géneros, ¿verdad? Este dubstep contamina incluso a artistas que trabajan (o trabajaban) el drum and bass pero que se han visto absorbidos por la ola de dubstep americana. Podemos nombrar, a bote pronto, a Dirtyphonics, Delta Heavy, Modestep…
El público americano de bass music es cerrado de mente. Como ejemplo, podemos recordar el linchamiento a Ekali en Lost Lands 2019 por salirse de la línea del headbanging y optar por sonidos diferentes. “Si estuviste en Lost Lands anoche y odiaste mi sesión, no tengo ni idea de por qué fuiste esperando riddim. Me lo pasé como nunca, gracias a aquellos que bailaron conmigo y gracias a Excision por darme la oportunidad de pinchar en el festival. Espero que hayas shazameado a los artistas de menos de 1000 seguidores”, comentaba Ekali tras su set mostrando la realidad de un público cerrado de mente.
Con público así, es difícil avanzar. Pero los artistas de dubstep parecen atreverse más y más con el drum and bass: artistas como FuntCase, Koven o Zeds Dead que apuestan por el drum and bass en sus sellos, en sus sesiones y en sus recopilaciones.
El mayor exponente de drum and bass en América
Los festivales juegan un papel fundamental. Por suerte, promotoras como Bassrush (encargada del escenario bassPOD de EDC Las Vegas) apuesta por el drum and bass prácticamente en un 50/50 con el dubstep. Su infraestructura es inmensa y su presencia en el continente ya sea a la hora de traer música en sellos como de organizar eventos lo convierte en una pieza clave en el desarrollo del drum and bass en América. La presencia del género en los festivales es mayor, como podemos ver en el caso de EDC Las Vegas con su bassPOD organizado por Bassrush o con Lost Lands introduciendo a artistas como Calyx & TeeBee, InsideInfo o Black Sun Empire.
(Ejemplo de line-up de Bassrush con la edición de EDC Las Vegas 2019)
Ya hubo drum and bass en América (hace bastante)
Puede parecer una locura, pero hace años, alrededor de 2005, artistas que hoy en día son auténticos titanes del dubstep como Kill The Noise o 12th Planet trabajaban con sus alias Ewun e Infiltrata, respectivamente, basando sus sesiones y producciones en el drum and bass. La escena estaba establecida: eventos, artistas, una enorme cantidad de DJs y sobre todo la parte fundamental: un público que no hacía ascos a ningún subgénero.
(12th Planet a la izquierda, Kill The Noise a la derecha)
No eran los únicos casos: uno de los artistas de drum and bass con alias de dubstep más conocidos es Jon Gooch, a quién conocemos por Feed Me y Spor. Un artista que moldeó el sonido neurofunk a la perfección y que sigue activo en la actualidad con lanzamientos y eventos, generalmente en Europa. Otro de los casos más destacados es el de Evol Intent, un trío que siempre ha estado al pie del cañón en América, trabajando el género (aunque a veces con mayor o menor ritmo) sin importar el estado actual del género al otro lado del charco. Dicho trío está compuesto por Bro Safari (sí sí, Bro Safari), The Enemy y Gigantor y, al igual que Spor, siempre han trabajado principalmente el sonido neurofunk. Pese a que Spor y Evol Intent siguen en activo, su ritmo de trabajo no es tan llamativo como el de otros artistas de drum and bass mencionados anteriormente.
De izquierda a derecha: Evol Intent (Bro Safari), Spor (Feed Me), Ewun (Kill The Noise) y el difunto Apex.
Europa también lo desea
Sellos europeos como Hospital Records, uno de los mayores sellos de la historia del drum and bass, también intentaron exponer el drum and bass americano al resto del mundo hace unos años. Por lo tanto, estamos ante una situación bidireccional: tanto los DJs europeos de drum and bass como los DJs de dubstep desean que el género triunfe en América: mayor variedad de artistas, mayor libertad creativa para los DJs que trabajan en América y sobre todo la grandísima oportunidad de mercado que supondría para una enorme cantidad de artistas europeos.
Sin embargo, muchos artistas temen que el hecho de asentarse en América implique una bajada de calidad del drum and bass, por el hecho de volverse más comercial. A parte de esto, ven con desprecio a gran parte del sonido dubstep (con cierta parte de razón), argumentando que la calidad del género y el criterio del público dejan mucho que desear. Pero la variedad y versatilidad del drum and bass permite que haya géneros más adaptables a sonidos comerciales mientras que otros mantendrán siempre su categoría underground.
Las mejores novedades de drum and bass, recogidas de manera mensual en ‘Sounds of Drum & Bass’
La música bass en América Latina
Si bien es cierto que el drum and bass no está muy presente en América Latina, con pocos promotores y pocos artistas viniendo de esta parte del mundo, como pueden ser Zardonic, DJ Marky, S.P.Y, Urbandawn, o L-Side. Estos cuatro últimos son de Brasil, donde la escena drum and bass tiene una fuerte base y cada año exporta nuevos talentos a Europa, donde acaban triunfando por completo ya sea con lanzamientos o con bolos.
En cuanto a países de habla hispana, la escena aún está muy cruda y es muy underground, con poca infraestructura de artistas, salas y promotores. El dubstep sí está algo más presente, siendo la escena un poco reflejo de lo que pasa en Estados Unidos.
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